Querida Gin-tonic es el momento de escribirte lo que nunca fui capaz de decirte, aunque sea tarde, escribir lo que ha sucedido en una carta que no te voy a mandar, que no vas a recibir nunca. Que como tú me enseñaste, en cuanto acabe de escribirla la quemaré, los sentimientos se pondrán a arder, y ese dolor, como era...como decias tú...Ah ya, así el dolor no se te queda tan dentro. Esta vez solo quiero ser claro. Sería un imbécil si no gritara que me he equivocado contigo desde el principio. He intentado avanzar sin apartar antes las cosas que lo impedían, agarrado al pasado, mirando para atrás, queriendo olvidar pero sin parar de recordar, empeñado en quedarme ahí. En medio de un lado y del otro, sin perdonar, sin perdonarme, sin avanzar.
¿Dónde está el secreto del futuro Gin? Puede que esté en fijarse bien, en avanzar, mirar más cerca. Más. Tan cerca que lo borroso se vuelve nítido, se vuelve claro. Claro...hay cosas que pasaron antes, mucho antes. No quiero esperar milagros, solo que las cosas pasen. Sí, no, sí, no, sí, no. Y ahora lo tendría claro pero ahora ya no depende de mi sino de ti. Te quiero.
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